ASADOR IRACHE EN PAMPLONA

La parrilla y los alimentos cocinados a la brasa tienen algo especial. Son el sabor y el aroma a humo lo que nos transporta al mundo de las parrillas tan apreciado en Pamplona y en toda Navarra. Trabajar materias primas sobre el rojo de la leña, el chuletón, el salmonete, todo es cuestión de buen producto, de cocinar y perfumar con sarmientos, con maderas de encina y de roble. El Restaurante Asador Irache fue precisamente uno de esos conocidísimos espacios que giraban en torno a estos elementos fundamentales y por ello toda la ciudad lo conocía y lo disfrutaba. Hoy en día todo el mundo lo recuerda. Está situado en la Calle Monasterio de Irache, una de las calles más conocidas del barrio de San Juan. Cuando se inauguró en los años setenta, fue el segundo restaurante en su genero de toda Pamplona y hoy en día, el espacio conserva la esencia de aquellos esplendorosos años, con su buena parrilla, un amplio comedor para 241 personas, un espacio de bar y distintas zonas para la cocina con sus anejos, la zona de almacenaje, de administración, los baños y una carnicería donde se podía adquirir el producto de la tierra. Este viejo espacio mantiene el ambiente de un típico restaurante asador de la montaña de Navarra con sus elementos y materiales que son propios de los típicos comedores y tabernas de la tierra. Fue concebido como un espacio abierto y continuo, así diseñado para que en cualquier momento fuera compartimentado, creando espacios distintos para diferentes necesidades. En el diseño de interiores fueron elegidos, tres materiales fundamentales que todavía hoy en día destacan: el acero, la madera y el solado de gres rústico. A partir de este punto, se desarrollan un conjunto de varios elementos en madera, desde la barra, a las particiones movibles y las mesas. Una sencilla receta que fue capaz de dar fama a sus carnes a la brasa y que atrajo a un numeroso público. Por eso, ha permanecido inalterable con el paso del tiempo y, por eso también, te espera a ti como maestro asador para que lo pongas nuevamente en funcionamiento, enciendas día tras día, el majestuoso horno de leña y despiertes nuevamente el recuerdo de todos los que lo conocieron y lo disfrutaron.