Azabache plata

Antiguo rosario de azabache en plata dorada siglo XIX Antiguo rosario de azabache en plata dorada siglo XIX Antiguo Rosario de azabache en plata dorada siglo XIX  Cuentas de azabache, cuatro de las cuentas de azabache son un poco mas grande que las demas, cruz y adornos en plata dorada trabajos en Filigrana... Mide de largo con cruz 61 cm, la cruz mide 6 cm... VER FOTOS ADICIONALES PARA VER DETALLES 

HIGA DE AZABACHE Y PLATA. AMULETO PROTECTOR HIGA DE AZABACHE Y PLATA. AMULETO PROTECTOR Amuleto protector contra el mal de ojo. Higa de azabache engarzada en plata, con cadena de plata. Es nueva, hecha a mano. La higa mide 5 cm y la cadena 18 cm.

ANTIGUO ROSARIO AZABACHE Y PLATA. FINALES XIX ANTIGUO ROSARIO AZABACHE Y PLATA. FINALES XIX El de las imágenes.  Antiguo rosario de cuentas de azabache con crucifijo y medalla corona en plata ésta última realizada en fino trabajo de filigrana. Datación: finales siglo XIX El crucifijo tiene dos pequeñas abolladuras una en la parte inferior izquierda y la otra en la parte posterior (reverso). Ver en las imágenes Medidas: Longitud: 57 cm Tamaño crucifijo (sin contar anilla): 6,7 cm x 4,0 cm Tamaño de las cuentas: 0,9 cm  Peso: 62 g. Para saber los gastos de envío, consultar la pestaña de FORMAS DE PAGO Y ENVÍO, o hacer la consulta a través de preguntas y respuestas.

Antiguo rosario de plata y azabache Antiguo rosario de plata y azabache Precioso rosario de plata y azabache en filigranaMedida - largo incluida la cruz 51 cm La cruz mide 8 cmX5cmEl Rosario está sin limpiar, se entrega como está en las fotos

BONITO ROSARIO ANTIGUO DE FILIGRANA DE PLATA Y AZABACHE O ONIX BONITO ROSARIO ANTIGUO DE FILIGRANA DE PLATA Y AZABACHE O ONIX BONITO ROSARIO ANTIGUO DE FILIGRANA DE PLATA Y AZABACHE O ONIX MEDIDA 54 CENTIMETROS

Rosario azabache y plata repujada Rosario azabache y plata repujada Antiguo Rosario azabache y plata repujada. Ver fotografías.

Antiguo rosario de plata y azabache. Antiguo rosario de plata y azabache. Antiguo rosario de cuentas de azabache y cruz de filigrana de plata. El estado de conservación es bueno. Mide 49 cm de largo

Rosario en filigrana de plata dorada con cuentas en azabache finales siglo XIX Rosario en filigrana de plata dorada con cuentas en azabache finales siglo XIX Rosario en filigrana de plata dorada con cuentas en azabache finales siglo XIX.  Medidas cruz: 8 cm x 5,5 cm. Medidas total: 53 cm largo.

Rosario antiguo de filigrana de plata dorada y azabache Rosario antiguo de filigrana de plata dorada y azabache Excelente rosario en plata y azabache. Es muy antiguo. Cristo 4cm. x 3 cm. Largura 50 cm-

ANTIGUO ROSARIO DE PLATA Y AZABACHE 48 CM ANTIGUO ROSARIO DE PLATA Y AZABACHE 48 CM LAS CUENTAS DE AZABACHE MIDEN ENTRE 5 Y 6 MM.

Rosario con cruz y filigrana en plata con cuentas en azabache finales siglo XIX Rosario con cruz y filigrana en plata con cuentas en azabache finales siglo XIX Rosario con cruz y filigrana en plata con cuentas en azabache finales siglo XIX.  Medidas cruz: 6,5 cm x 4 cm. Medidas total: 58 cm largo. El metal que une las cuentas no es de plata y tiene señales de óxido.

ROSARIO DE FILIGRANA DE PLATA Y CRISTAL TALLADO IMITANDO AZABACHE ROSARIO DE FILIGRANA DE PLATA Y CRISTAL TALLADO IMITANDO AZABACHE ROSARIO DE FILIGRANA DE  PLATA Y CRISTAL TALLADO IMITANDO AZABACHE, DE 68 CM DE LONGITUD, LA CRUZ MIDE 11,5 CM, VER FOTOS

ANTIGUO ROSARIO DE PLATA Y AZABACHE - MEDIDA TOTAL 51 CM - RELIGIOSO ANTIGUO ROSARIO DE PLATA Y AZABACHE - MEDIDA TOTAL 51 CM - RELIGIOSO LA CRUZ NO ES LA SUYA ORIGINAL, Y TAMPOCO ES DE PLATA. UNO DE LOS ENGARCE ENTRE CUENTAS LE FALTA Y ESTA COGIDOCON UN ALAMBRE

ROSARIO CON CRUCIFIJO Y FILIGRANA DE PLATA - CUENTAS DE AZABACHE - ANTIGUO ROSARIO CON CRUCIFIJO Y FILIGRANA DE PLATA - CUENTAS DE AZABACHE - ANTIGUO PRECIOSO Y CLÁSICO ROSARIO EN AZABACHE  CON CRUCIFIJO Y FILIGRANA EN PLATA. MIDE DE LARGO, 40cm. FINALES SIGLO XIX.

Rosario de filigrana en plata y azabache Rosario de filigrana en plata y azabache Perfecto años 40 o 50

precoso rosario en plata y cuentas de azabache. mediados de siglo XIX precoso rosario en plata y cuentas de azabache. mediados de siglo XIX 51 CM DE LARGO NECESITA UNA LIMPIEZA.

ANTIGUO ROSARIO DE AZABACHE O CRISTAL NEGRO Y PLATA DE FILIGRANA S. XIX - 47 CM. ANTIGUO ROSARIO DE AZABACHE O CRISTAL NEGRO Y PLATA DE FILIGRANA S. XIX - 47 CM.

ANTIGUO Y BONITO ROSARIO DE AZABACHE Y PLATA ANTIGUO Y BONITO ROSARIO DE AZABACHE Y PLATA LAS CUENTAS SON DE TAMAÑO BASTANTE GRANDE

Precioso colgante azabache y plata Precioso colgante azabache y plata

Antiguo Rosario Isabelino, en onix, o azabache, y plata. Gran tamaño. S.XIX Antiguo Rosario Isabelino, en onix, o azabache, y plata. Gran tamaño. S.XIX Se halla, en muy buen estado de conservación. Se ve desgaste de uso, en las cuentas. 60,5cm de longitud. 7,5x4,5cm de tamaño de Crucifijo.

ROSARIO DE AZABACHE DE GRAN TAMAÑO ROSARIO DE AZABACHE DE GRAN TAMAÑO Explendido rosario de azabache y creo que plata, no lo se porque no le he echo la prueba, pero aseguraria que si, es de gran tamaño y es ideal para virgen doloros de tamaño natural, las cuenta son de azbache de gran tamaño

Rosario Isabelino Calado Filigrana Plata baño Oro Cristal Azabache S XIX, Ave Maria. Med. 50 cm Rosario Isabelino Calado Filigrana Plata baño Oro Cristal Azabache S XIX, Ave Maria. Med. 50 cm

Cruz de Olivo de la Orden Franciscana,siglo XVIII,marquetería geométrica en nácar,Faltas Cruz de Olivo de la Orden Franciscana,siglo XVIII,marquetería geométrica en nácar,Faltas Desde el siglo XVI hasta el XIX numerosos objetos artísticos de origen americano y asiático llegaron a la Península Ibérica utilizando las rutas marítimas que se habían establecido a través de los océanos Atlántico y Pací fi co. Este hecho propiciaría la presencia de gran cantidad de piezas procedentes de ultramar distribuidas en colec- ciones privadas y ajuares religiosos en Andalucía, además de un importante movimiento migratorio hacia las Indias que tendría como resultado la recepción de creaciones americanas como parte de legados particulares hacia la tierra de origen.   Las primeras salidas de envíos a la metrópoli se manifestaron en forma de donaciones realizadas por funcionarios civiles a su lugar de procedencia como muestra de agradecimiento por las fortunas atesoradas o como un conjunto de bienes de difuntos que quedaban testados a familiares en la península. En la mayoría de los casos se trataba de ajuares de plata y piedras preciosas destinados a instituciones religiosas, además de otros objetos sagra- dos realizados en materiales exóticos. Entre ellos serían los mar fi les hispano fi lipinos los más preciados y abundantes a los que habría que sumar otras piezas realizadas en maderas nobles lacadas y con incrustaciones de nácar. Estas donaciones no solamente fueron realizadas por particulares dedicados al com- ercio o funcionarios civiles que viajaron al Nuevo Mundo, sino también por miembros del clero secular y de órdenes religiosas que participaban de este tipo de patrocinios. Como ejemplo signi fi cativo habría que señalar las mandas testadas por el arzobispo Vizarrón a la catedral de Sevilla desde su mitra novohispana para realzar la dignidad de la sede hispalense. Del mismo modo la vinculación de los regulares con sus conventos de origen quedó marcada por el envío de algunos objetos artísticos. El hecho de que un fraile fuese elegido provincial u obispo de una demarcación indiana condicionaba gran parte de estos envíos artísticos como señal de agradecimiento por dicha designación y recordatorio hacia sus hermanos del vínculo fraternal existente.  Este fenómeno de intercambio artístico ha sido estudiado por numerosos investigadores que han puesto de manifiesto el elemento sentimental y devocional del que estaban cargados dichos envíos, así como la singularidad estética de las piezas recibidas que llamaban poderosamente la atención entre sus receptores. Cabe citarse entre otros estudios: PALOMERO PÁRAMO, Jesús (dir.): Catálogo de la exposición Plata labrada de indias, Huelva, 1992; VV.AA: México en el mundo de las colecciones de arte, Nueva España, Azabache, México, 1994; VV.AA.: “Tesoros de México en España”, Artes de México, núm. 22, México, 1993-1994; GARCÍA SÁIZ, María Concepción: “Arte viajero. De objeto de consumo a pieza de colección”, en Catálogo de la Exposición España y América (…), Op. cit., p. 203-208. PLEGUEZUELO HERNADEZ, Alfonso: Manuel Ribero. Los encargos artísticos de un mercader andaluz del siglo XVIII. Diputación de Huelva, Huelva, 2005. 3 Consistió en doce blandones de plata, un cáliz con su patena, vinajeras con platillo y campa- nilla, y dos copas con sus salbillas, todas estas piezas realizadas en oro. RUBIO MERINO, Pedro: “El arzobispo virrey Vizarrón y el Cabildo de la Catedral de Sevilla”, en A ctas de las I Jornadas de Andalucía y América, vol. II, Huelva, 1981, pp. 117-131.  De Sevilla partieron entre otros Antonio de Zayas a Nicaragua (1575-1580), Juan Izquierdo al Yucatán (1588-1602), Juan Lasso de la Vega a Santiago de Cuba (1731-1752) y Juan Ramos Lora a Mérida y Maracaibo (1782-1790). Los franciscanos fueron los principales protagonistas en la labor evangelizadora desempeñada en las Indias desde los inicios de la presencia española. Una vez confeccionado el mapa administrativo de las posesiones de ultramar, los franciscanos quedaron distribuidos en diferentes provincias. La presencia de la orden seráfica en sitios inhóspitos de Méxi- co y Filipinas les llevó a erigir diferentes misiones, que en algunos casos fueron asediadas por los nativos y concluyeron en crueles martirios hacia los propios frailes. Por otro lado, los franciscanos gozaron de un gran prestigio dentro de la jerarquía eclesiástica indiana, hecho que se vio reflejado en la provisión de numerosos cargos episcopales para que hermanos peninsulares se hiciesen cargo de aquellas diócesis. Para más información sobre sus labores eclesiásticas consúltese: CASTAÑEDA DELAGADO, Paulino: “Carrera de Indias, camino de Dios”, en Catálogo de la exposición Magna Hispalensis, Sevilla, 1992, pp. 303-342     Dimensiones: 48 cms de alto,Faltas   

Gran Cruz de Belén Franciscana siglo XVIII de Altar. en raíz de olivo y madre perla Nácar Gran Cruz de Belén Franciscana siglo XVIII de Altar. en raíz de olivo y madre perla Nácar Desde el siglo XVI hasta el XIX numerosos objetos artísticos de origen americano y asiático llegaron a la Península Ibérica utilizando las rutas marítimas que se habían establecido a través de los océanos Atlántico y Pací fi co. Este hecho propiciaría la presencia de gran cantidad de piezas procedentes de ultramar distribuidas en colec- ciones privadas y ajuares religiosos en Andalucía, además de un importante movimiento migratorio hacia las Indias que tendría como resultado la recepción de creaciones americanas como parte de legados particulares hacia la tierra de origen.   Las primeras salidas de envíos a la metrópoli se manifestaron en forma de donaciones realizadas por funcionarios civiles a su lugar de procedencia como muestra de agradecimiento por las fortunas atesoradas o como un conjunto de bienes de difuntos que quedaban testados a familiares en la península. En la mayoría de los casos se trataba de ajuares de plata y piedras preciosas destinados a instituciones religiosas, además de otros objetos sagra- dos realizados en materiales exóticos. Entre ellos serían los mar fi  les hispano fi  lipinos los más preciados y abundantes a los que habría que sumar otras piezas realizadas en maderas nobles lacadas y con incrustaciones de nácar. Estas donaciones no solamente fueron realizadas por particulares dedicados al com- ercio o funcionarios civiles que viajaron al Nuevo Mundo, sino también por miembros del clero secular y de órdenes religiosas que participaban de este tipo de patrocinios. Como ejemplo signi fi cativo habría que señalar las mandas testadas por el arzobispo Vizarrón a la catedral de Sevilla desde su mitra novohispana para realzar la dignidad de la sede hispalense. Del mismo modo la vinculación de los regulares con sus conventos de origen quedó marcada por el envío de algunos objetos artísticos. El hecho de que un fraile fuese elegido provincial u obispo de una demarcación indiana condicionaba gran parte de estos envíos artísticos como señal de agradecimiento por dicha designación y recordatorio hacia sus hermanos del vínculo fraternal existente.  Este fenómeno de intercambio artístico ha sido estudiado por numerosos investigadores que han puesto de manifiesto el elemento sentimental y devocional del que estaban cargados dichos envíos, así como la singularidad estética de las piezas recibidas que llamaban poderosamente la atención entre sus receptores. Cabe citarse entre otros estudios: PALOMERO PÁRAMO, Jesús (dir.): Catálogo de la exposición  Plata labrada de indias, Huelva, 1992; VV.AA:  México en el mundo de las colecciones de arte, Nueva España, Azabache, México, 1994; VV.AA.: “Tesoros de México en España”,  Artes de México, núm. 22, México, 1993-1994; GARCÍA SÁIZ, María Concepción: “Arte viajero. De objeto de consumo a pieza de colección”, en Catálogo de la Exposición  España y América (…),  Op. cit., p. 203-208. PLEGUEZUELO HERNADEZ, Alfonso: Manuel Ribero. Los encargos artísticos de un mercader andaluz del siglo XVIII. Diputación de Huelva, Huelva, 2005. 3 Consistió en doce blandones de plata, un cáliz con su patena, vinajeras con platillo y campa- nilla, y dos copas con sus salbillas, todas estas piezas realizadas en oro. RUBIO MERINO, Pedro: “El arzobispo virrey Vizarrón y el Cabildo de la Catedral de Sevilla”, en A ctas de las I Jornadas de Andalucía y América, vol. II, Huelva, 1981, pp. 117-131.  De Sevilla partieron entre otros Antonio de Zayas a Nicaragua (1575-1580), Juan Izquierdo al Yucatán (1588-1602), Juan Lasso de la Vega a Santiago de Cuba (1731-1752) y Juan Ramos Lora a Mérida y Maracaibo (1782-1790). Los franciscanos fueron los principales protagonistas en la labor evangelizadora desempeñada en las Indias desde los inicios de la presencia española. Una vez confeccionado el mapa administrativo de las posesiones de ultramar, los franciscanos quedaron distribuidos en diferentes provincias. La presencia de la orden seráfica en sitios inhóspitos de Méxi- co y Filipinas les llevó a erigir diferentes misiones, que en algunos casos fueron asediadas por los nativos y concluyeron en crueles martirios hacia los propios frailes. Por otro lado, los franciscanos gozaron de un gran prestigio dentro de la jerarquía eclesiástica indiana, hecho que se vio reflejado en la provisión de numerosos cargos episcopales para que hermanos peninsulares se hiciesen cargo de aquellas diócesis. Para más información sobre sus labores eclesiásticas consúltese: CASTAÑEDA DELAGADO, Paulino: “Carrera de Indias, camino de Dios”, en Catálogo de la exposición  Magna Hispalensis, Sevilla, 1992, pp. 303-342