Casa viento

La Pequeña Perezosa nunca ayuda en casa ni a su madre ni a sus hermanos porque dice: «quiero ser como el Cielo… o como la Tierra, que nunca hacen nada…». Las fuerzas de la naturaleza se aliarán para darle su merecido… El Viento entrará en acción revolviéndolo todo, las Nubes se posarán sobre su cabeza diluviando sin parar, el Sol se ocultará dejándola a oscuras y la Tierra la desproveerá de la gravidez elevándola por los aires… La Pequeña Perezosa descubrirá todo lo que hacen por nosotros las fuerzas de l...

Sobre los patios de las casas llueven tantas pinzas que es imposible saber de dónde vienen. Quizá del primer piso, del último, o desde las nubes más altas, donde viejos dioses tienden sus prendas para que bailen con el viento. Ésta es la historia de una bandada de gorriones que sobrevolaban la casa de doña Amelia, mujer gruño­na y defensora de su hermoso patio; del dios Ramón, que tuvo la mala suerte de vivir justo encima; y de una pinza de madera que cayó donde no debía.

El viento sopla fuerte anunciando una tormenta, y dentro de poco sonarán las campanadas de medianoche… ¡CLINC! La puerta se abre chirriante en la espectral habitación de nuestro héroe, por suerte es sólo mamá, que trae un nuevo y terrible cuento para tener pesadillas. Parece una noche horrible, como cualquier otra en casa de los Monstrez, pero debajo de la cama hay alguien escondido…