Juego mesa cronicas crimen

Crónicas del Crimen es un juego cooperativo de investigación criminal. El uso de la tecnología Escanea & Juega mezcla los juegos digitales con los de tablero, permitiendo multitud de historias sobre investigación criminal utilizando los mismos componentes. Interroga a los sopechosos, recoge pruebas, y arrestra al asesino antes de que sea demasiado tarde. Londes, en la actudad. Acabas de dejar la oficina del Jefe de la Policía. Un cuerpo ha sido hallado en Hyde Park, y tu jefe te acaba de asignar el caso. No es tu primera investigación, pero algo te dice que este caso en es como los demás. Centras tu cabeza, inicias la maquinaria y te diriges a la escena del crimen. Edad recomendada a partir de 14 años.

Este juego de mesa cuenta historias fascinantes, historias en las que participarás. Esperemos que puedas deducir la conclusión antes de que haya un nuevo crimen… El juego te desafiará con cinco casos distintos. Aparentemente inconexos al principio, desvelarán una meta-trama inmersiva, basada en hechos reales y ficticios. Usa todas las herramientas a tu disposición para resolver estos crímenes: consulta Internet, verifica los hechos y descubre nuevas pistas constantemente. No estás jugando a ser un detective, ¡ERES un detective!

Los hexágonos de cartón que tienes en la mano no son posavasos aunque lo parezcan. Fíjate bien. Son un billete para viajar. Lee las frases que están inscritas en uno de sus dos lados. Vuelve a la mesa del salón, a las risas, a la tensión y los piques, a las coletillas frikis que luego nadie, salvo tus amigos, entiende, pero no importa. Vuelve a la aldea del crimen, al antiguo imperio maya, a los duelos del Salvaje Oeste. Son, también, un juego, varios juegos. Si sigues leyendo, te los explicamos. Más bien, te los sugerimos. Porque la diversión no puede estar sujeta a unas instrucciones. Estos hexágonos de cartón son, desde este momento, tuyos. Juega; a tu manera, pero juega. Te proponemos 5 juegos basados en los clásicos de cartas y te invitamos a que inventes los tuyos propios. Y sí, son posavasos, como los de toda vida.