El Gran Gatsby relanza la moda de los años 20
El Gran Gatsby es la película del momento, a pesar de que la obra del director australiano Baz Luhrmann no haya convencido a la mayoría de los críticos. La adaptación cinematográfica del libro de Scott Fitzgerald, ahora mismo en los cines, está logrando un fuerte éxito de audiencia, gracias al reparto de estrellas hollywoodianas de primer nivel y a la fuerte campaña de marketing llevada a cabo por los magos de la comunicación estaudonidenses (si estáis en Madrid, echad un vistazo al andén de la parada de Callao para haceros una idea...)
De todos modos, la visionaria película de Baz Luhrmann algo ha logrado: poner otra vez en auge la moda de los años 20.
El mérito de esto se le puede atribuir en gran medida al reparto, donde luce Leonardo Di Caprio, capaz de convertir en oro todo lo que toca. Hay que decir que la moda de la Nueva York de los dorados años 20, época en que se desarrolla la historia, se le queda genial al actor de Titanic: elegancia sublime con trajes realizados por encargo, pajaritas o corbatas monocolores, chalecos y camisas blanco perla. A todo esto, se unen accesorios como bastones o relojes de bolsillo, y, desde luego, un peinado simpre arreglado a la perfección.
Por el otro lado tenemos la moda femenina, representada en la película sobre todo por la protagonista Carey Mulligan: vestidos largos y ligeros, enriquecidos con detalles relucientes y preciosos como collares de perlas, pailletes y diademas con plumas. El maquillaje es algo accentuado con sombras ahumadas que junto a un corte al estilo charlestón y a los flequillos crean un look único y elegante.
Noticias relacionadas